domingo, 2 de diciembre de 2012

Las apariencias engañan: Los vestidos de Frida Kahlo

Recientemente se llevó a cabo el cocktail inaugural de Las apariencias engañan:  una histórica exposición organizada por Vogue México, Museo Frida Kahlo y BMW. En dicha muestra se presentan por primera vez los vestidos, zapatos, joyería, accesorios, aparatos ortopédicos y corsés de yeso pertenecientes a la legendaria artista; los cuales se mantuvieron ocultos durante 50 años en un baño de La Casa Azul, hasta ser descubiertos en el año 2004.

Me estaba esperando para subir este post, pues quería que leyeran también el artículo que escribí al respecto en el último número de Sexenio. Ahí explico más a detalle los pormenores y el contexto de la exhibición, así como las razones por las que no deberían perder esta oportunidad única de adentrarse en una faceta -hasta el momento desconocida- del ícono de estilo más grande de nuestro país.

Para checar el texto completo den click aquí. Ojalá les guste :)

Les dejo también un slideshow del evento, los screenshots de mi artículo y fotos de la reliquia que nos obsequiaron a los presentes: una litografía certificada de su obra "Las apariencias engañan", de la cual sólo se hicieron 400 piezas.

Un enorme agradecimiento a la talentosa beauty stylist y entrepreneur mexicana, Alexa Rodulfo, por la invitación.


















Con mi partner-in-crime: Julie Chedraui
Con Gaby Gorab y Julie
Con Karla Castañeda, Mei-Ling Álvarez, Ari Becerra y Pame Wong
Litografía: Las apariencias engañan

No. 174 :)

Las apariencias engañan: los vestidos de Frida Kahlo
Por Pamela Cortés

Hay mujeres a lo largo de la historia cuyas extraordinarias vidas se convierten en ejemplo, objeto de culto y legado generacional, al punto en que la leyenda absorbe a la realidad convirtiéndose en un ente indivisible. Un ícono. Así es Frida Kahlo: artista, musa, mujer de Diego Rivera, hija de del fotógrafo Guillermo Kahlo y Matilde Calderón; víctima de un accidente atroz, sobreviviente, amante de hombres y mujeres por igual, amiga de Tina Modotti y León Trotski, revolucionaria, comunista… eterna.

Parecía que todo sobre ella ya estaba dicho; sin embargo llegó el año 2004 cuando, a medio siglo de su muerte, se descubrió en las paredes de La Casa Azul un baño cerrado con llave donde se encontraron baúles y armarios que contenían alrededor de 300 prendas de vestir, joyería, accesorios, zapatos, aparatos ortopédicos, documentos, fotografías y obra plástica, los cuales habían permanecido resguardados por petición de Diego Rivera y posteriormente por decisión de Dolores Olmedo, mecenas de ambos artistas.

Fue entonces cuando comenzó a gestarse Las apariencias engañan, título que surge de la frase con la que firma un dibujo en el que se representa a sí misma portando un elegante vestido blanco; a través del cual se transparenta su cuerpo desnudo oprimido por el doloroso corsé que se veía obligada a usar a partir de su accidente, estampando además su pierna izquierda con mariposas azules. Resultó el nombre perfecto para una exposición que muestra el estilo personal desarrollado por esta irreverente pintora a partir de su discapacidad.

Los directores de La Casa Azul / Museo Frida Kahlo: Hilda Trujillo y Carlos Phillips, decidieron unir fuerzas con la curadora Circe Henestrosa y la ex directora de Vogue y actual CEO de Condé Nast, Eva Hughes, para montar una muestra histórica que permitiera dar a conocer al público esta cara oculta de la compleja artista. 

El resultado: cinco salas en las que se muestra su peculiar indumentaria, corsés y fajas decoradas, así como sus característicos vestidos de tehuana; también se le consagra como influencia y fuente de inspiración para diseñadores de talla internacional, con trajes creados exclusivamente para esta ocasión.

La discapacidad como motor creativo

Frida comenzó a transformar su vestuario y calzado para cubrir sus imperfecciones desde muy temprana edad, a raíz de dos grandes tragedias que marcaron profundamente tanto su vida como su forma de ver el mundo y, por consecuencia, su arte. 

Al poco tiempo de haber cumplido los seis años fue diagnosticada con poliomielitis, enfermedad que afectó de manera irreversible su pierna derecha, dejándola más corta que la otra. De ahí su preferencia por las faldas largas para ocultar su condición, así como el uso de varios calcetines o zapatos de tacón más alto en su extremidad dañada.

Más tarde fue víctima del accidente que terminó por desfigurar su cuerpo. El 17 de septiembre de 1925, el autobús donde viajaba fue impactado violentamente por un tranvía eléctrico. Las heridas que sufrió la confinaron a una cama durante sus años de adolescencia: un tubo de acero atravesó su costado izquierdo desgarrando su abdomen y útero, imposibilitándola para la maternidad de por vida. 

Además sufrió fracturas de clavícula, columna vertebral y pie derecho que fueron deteriorando su condición gradualmente hasta ser necesaria la amputación de su pierna derecha en 1953, un año antes de fallecer. Sin embargo, el sufrimiento físico de Frida Kahlo no fue impedimento para su crecimiento artístico, por el contrario, lo potencializó. 

Durante los largos periodos que pasó postrada en su lecho, logró perfeccionar su técnica al entretenerse pintando sus fajas de yeso, además de convertirse en su mejor escape ante el dolor. En las vitrinas de Las apariencias engañan se puede observar los diseños que realizaba sobre éstas, destacando uno en el que plasmó la hoz y el martillo de la bandera soviética, o una bota prostética de sus últimos años, decorada minuciosamente con motivos orientales.

El vestido de tehuana: Arte y tradición

A lo largo de su tormentosa vida, Frida Kahlo comenzó a incorporar el traje de tehuana a su guardarropa diario, no sólo para desviar la atención de su cuerpo tullido o para complacer a Diego Rivera -como se creía anteriormente- sino como símbolo de identidad y necesidad de autoafirmación. 

Entre las fotografías que salieron a la luz en 2004 se encuentra una de su madre, Matilde Calderón, a los siete años portando el traje típico de la región de donde era originaria, explicando así la predilección de Frida por este atuendo que se convirtió en su sello personal.

La comunidad del istmo de Tehuantepec, localizada en el estado de Oaxaca, destaca por su ideología matriarcal, por lo que el traje que lucen las mujeres del lugar denota fuerza e independencia; cualidades que inmediatamente captaron la atención de Kahlo, encontrando en sus raíces mucho más de su personalidad de lo que hubiera esperado.

Fue así como la pintora comprendió el valor semiótico del vestuario como medio de expresión individual, y decidió pronunciar su ideología a través de éste. Gracias a sus atuendos, logró destacar y diferenciarse del resto de las mujeres del círculo bohemio, en una época en la que era muy difícil hacerse de un nombre como artista femenina, además de luchar contra la sombra de su popular marido.

Frida y la moda: Amigas íntimas

Contrario a lo que se podría pensar, la estrecha relación de Frida Kahlo con la esfera de la moda no es consecuencia de la fama global que ha adquirido la artista durante los últimos años, o resultado de haber conquistado con su obra a celebridades contemporáneas como Madonna y Salma Hayek. 

Al parecer, el primer contacto entre ambas se remonta al año de 1937, cuando el fotógrafo Toni Frissell la captó para las páginas de la revista Vogue, en un artículo donde se le reconoció como artista por derecho propio y se ahondó en su peculiar estilo para vestir. Más tarde, en 1939, durante la presentación de Mexique -su primera exposición en París organizada por el surrealista André Bretón-, su traje de tehuana causó tal revuelo que la legendaria Elsa Schiaparelli creó un vestido en su honor, al que bautizó como La Robe Madame Rivera.

Además, una reciente publicación del New York Times reveló que Diego y Frida eran grandes amigos de Rosamond Bernier, una de las mujeres con mayor influencia en la alta costura de la época. Por ello, no es de sorprenderse que -75 años después- la figura de Kahlo vuelva a engalanar la portada de Vogue en su versión latinoamericana, con un especial creado por su nueva y joven directora, Kelly Talamas, en el marco del lanzamiento de esta magna exposición.

Para reafirmar la calidad de Frida como ícono de estilo y musa de los diseñadores más aclamados del mundo, se reservó una sala del recorrido para exhibir varias creaciones inspiradas en su mítica figura. De manos de couturiers  como Jean Paul Gaultier; Rei Kawakubo para Commes des Garçons; Riccardo Tisci para Givenchy; Costume National y Jason Wu encontramos varios vestidos y corsés como prueba del valor de la artista mexicana en el mundo de la moda y en la cultura global.

Las apariencias engañan: Los vestidos de Frida Kahlo, se abrió al público el pasado 21 de noviembre y permanecerá durante 10 meses en La Casa Azul / Museo Frida Kahlo: Londres #207, Coyoacán; Distrito Federal.

1 comentario:

  1. Love Frida and her art and all the colors!

    P.S. Cute polka dot dress :)

    http://razzdazzle.blogspot.mx/

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