lunes, 24 de septiembre de 2012

Artículo: Las múltiples caras de la Mona Lisa

Como ya les había comentado, cada mes escribo artículos en Sexenio, la revista que dirijo. Para el número de Septiembre se me ocurrió hacer uno acerca de las más famosas reproducciones de la icónica Gioconda. Desde Dalí hasta Banksy, grandes artistas han hecho su propio homenaje a esta misteriosa obra de Leonardo da Vinci.

Es un tema bastante interesante, ojalá les guste :)

Den click aquí para leerlo.



Las múltiples caras de la Mona Lisa
Por Pamela Cortés

Sin duda alguna, La Gioconda, o comúnmente llamada “Mona Lisa” del prodigio florentino Leonardo da Vinci, es la obra de arte más conocida, cotizada, resguardada, fotografiada, analizada y por si algunos no lo sabían… reproducida por el mayor número de artistas famosos a lo largo de la historia. Desde Dalí hasta Banksy; las diversas versiones de esta enigmática pintura la han abstraído, homenajeado y satirizado de muchas formas a veces inimaginables.

Los orígenes de la Mona Lisa datan aproximadamente del año 1503; y desde el momento de su realización se ha visto rodeada por un sinnúmero de incógnitas que hasta el momento continúan en misterio. Una de ellas es justamente la del personaje que retrata. Por un lado se supone que se trata de Lisa Gherardini, mujer de Francesco del Giocondo, un acaudalado mercader. Sin embargo, los expertos sospechan que se trata de un autorretrato del propio da Vinci.

Muchos años después de su creación, la Gioconda volvería a ser víctima de la opinión pública al desaparecer del Salón Carré en el Museo de Louvre el 21 de Agosto de 1911, haciendo pensar a los escépticos que la pintura milagrosamente rescatada no era más que una réplica, habiéndose perdido la original para siempre. De entre los nombres que sonaron como sospechosos de tal acto vandálico se encontró nada más y nada menos que el de Pablo Picasso.

Sin embargo, uno de los mayores secretos que guarda esta obra es el de su particular sonrisa, que mejor pareciera una mueca sarcástica. ¿Por qué sonríe la Mona Lisa?, se ha preguntado el mundo durante generaciones. No es ninguna sorpresa que con tantos acertijos en su haber la Mona Lisa siga causando fascinación convirtiéndose en un ícono de la cultura pop y consagrándose como la obra de arte más importante de todos los tiempos.

A pesar de que la primera reinvención de la Mona Lisa se le atribuye a Eugène Bataille, mejor conocido como Sapeck, quien en 1882 la parodiara fumando una pipa para la Exposición de las Artes Incoherentes en París; quien realmente logró catapultar a la fama su versión de la Gioconda fue el renombrado dadaísta Marcel Duchamp con su “readymade” - como él llamaba a los objetos mundanos que al ser manipulados o simplemente firmados se transformaban en arte – bautizado L.H.O.O.Q. iniciales que pronunciadas en francés forman la frase "elle a chaud au cul" traducida literalmente como “ella tiene un culo caliente”. La obra consiste en una burda impresión de la Mona Lisa, con mostacho y barba de chivo dibujadas con lapicero, adornada además con su curioso título escrito en la parte inferior.

A ésta le seguiría una reinterpretación cubista de Fernand Leger en 1930 llamada Mona Lisa with Keys que como su nombre lo indica se trata de una composición de elementos gráficos, rectas, barras, curvas, círculos deconstruídos y objetos aleatorios; entre ellos unas llaves, una lata de sardinas y la imagen de la Gioconda. Empleando colores contrastantes.

En 1954, Salvador Dalí no pudo evitar rendirle un pequeño tributo a su narcisismo con Autorretrato como Mona Lisa, sustituyendo el rostro de ésta por el suyo, con largos bigotes apuntando al cielo, manos grandes y ásperas sosteniendo un puñado de monedas, dándole un nuevo sentido a su famosa cita: “Que hablen, quiero que hablen… del Gran Dalí”.

Posteriormente, durante los años 60’s surgiría una explosión de versiones de la Mona Lisa realizadas por importantes artistas. Por su parte René Magritte la abstrajo en forma de cortinas y sus característicos cielos azules con nubes blancas en La Gioconda (1960); mientras que Botero crearía su Mona Lisa gorda tres años después. Sin embargo, éste ya la había reinterpretado a la tierna edad de 12 años, obra que logró vender al MoMA de Nueva York en 1961.

Asimismo con la llegada del Pop Art no se hizo esperar la proliferación de homenajes a la icónica pintura de da Vinci. Jasper Johns realizó varios tributos, siendo el más representativo aquel de 1968 que la muestra con un gigantesco número 7. Pero no se comparó con lo que haría el padre de dicha corriente, Andy Warhol, quien la inmortalizó de muchas maneras, llamando la atención su obra Thirty Are Better Than One (1963) un donde la plasma treinta veces.

En la década de los 80’s tenemos la Pneumonia Lisa de Robert Rauschenberg de 1982, aunque éste ya había realizado una versión previa en 1958. Así como otras por parte del artista visual Keith Haring y del celebrado Jean-Michel Basquiat en 1983 con su particular estilo primitivista.

A partir del nuevo milenio la Mona Lisa volvió a resurgir gracias al artista de graffiti, activista social y pionero del street art de guerrilla, Banksy - cuya verdadera identidad aún permanece oculta - quien se ha dado a la tarea de dejarla retratada por las calles de Londres con un lanzamisiles o enseñando el trasero con la técnica de esténcil que lo caracteriza. Protestando una y otra vez contra lo establecido, contra el capitalismo o contra la guerra.

Sin embargo, después de tantos siglos de reinterpretaciones y parodias de la Gioconda resulta irónico que el mejor truco jugado con ella lo logró, justamente el propio da Vinci; quien al poco tiempo de haber creado su obra maestra, decidió hacer una versión de ésta desnuda; descubierta hace tres años dentro de las paredes de la librería privada del Cardenal Joseph Fesch en Ajaccio, Francia. Añadiendo un misterio más a la lista de la indescifrable Mona Lisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario