Den click aquí para leerlo.
Por Pamela Cortés
Bien dicen que en ocasiones la realidad
supera a la ficción. Y en el mundo del cine esta frase se ha probado una y otra
vez. La actriz Grace Kelly comenzó en 1955 el rodaje de The Swan, donde retrataba a una princesa; sin saber que tan sólo
unos meses más tarde ostentaría dicho título nobiliario al contraer nupcias con
Rainiero de Mónaco. De igual forma, el actor Arnold Scharzenegger, quien a lo
largo de su carrera interpretara personajes tan diversos, finalmente logró
obtener el papel más importante: el de Gobernador de California.
Sin embargo, así como existen cuentos de
hadas también hay lugar para las más estremecedoras historias de horror.
Proyectos cinematográficos que desde sus inicios estuvieron rodeados de
tragedia y mal augurio. Provocando muertes, terribles accidentes y fenómenos
inexplicables que hicieron creer al mundo por un momento en fuerzas
sobrenaturales más allá de la superstición.
La cinta Poltergeist
de 1982 es sin lugar a dudas uno de los casos más conocidos. A lo largo de la
trama se plantea la presencia de espectros malignos que atormentan a una
familia cuya casa fue construída sobre un cementerio indio. El director Tobe
Hooper sugirió a Steven Spielberg que se utilizaran restos humanos reales como
props para algunas escenas, supuestamente
molestando a los espíritus y desencadenando lo que se conoce como “La Maldición
Poltergeist”: cuatro de sus estrellas fallecieron antes de que se estrenara la
tercera parte de la saga.
Dominique Dunne de 22 años, quien hizo el
papel de la hermana mayor, fue estrangulada brutalmente por su novio el 4 de
noviembre de 1982. Dos años después, el actor Julian Beck murió en el Hospital
Monte Sinaí de Nueva York, víctima de cáncer estomacal. Al poco tiempo, Will
Sampson, mejor conocido por su papel de “El Jefe” en Atrapado Sin Salida (1975), padeció un fallo renal post-operatorio
que le costó la vida. Sin embargo, el deceso más inesperado fue el de Heather
O’ Rourke, la protagonista infantil, quien comenzó con lo que parecía un
resfriado común y murió al cabo de unas cuantas horas debido a un shock séptico
en el Hospital de Niños de San Diego en 1988.
El rodaje de la película El Cuervo (1994) de Alex Proyas, también se vio marcado por la
muerte de su estelar. Brandon Lee, hijo del legendario Bruce Lee, fue asesinado
accidentalmente durante una escena en la cual debía recibir un disparo con un
arma descargada. Debido a una imprudencia de los encargados de utilería, una
bala se quedó alojada en el tambor del revólver, hiriendo a Lee en el abdomen y
provocando su fallecimiento en un hospital de Carolina del Norte doce horas
después.
Anteriormente ya se habían registrado varios
incidentes desafortunados en la realización de El Cuervo. Un carpintero del departamento de arte fue electrocutado
y quemado aunque no fatalmente, otro miembro del crew se atravesó un desarmador
en la mano y parte del equipo de filmación misteriosamente se prendió en
llamas.
Por otro lado, el director Roman Polanski
comenzó con su famosa mala racha en el set de El bebé de Rosemary (1968); cuya trama se desarrolla alrededor del
personaje interpretado por Mia Farrow: una inocente mujer de Manhattan que
descubre la afiliación de su marido con la secta satánica que vive en el mismo
edificio, haciéndola sospechar eventualmente que el niño que espera es hijo del
diablo.
Entre las desgracias ocurridas durante el
rodaje se encuentran la carta que recibió Farrow donde su entonces esposo, Frank
Sinatra, le pedía el divorcio dejándola destrozada. El deceso del compositor
Krzysztof Komeda causado por un coágulo cerebral. Amenazas de muerte al
productor William Castle, quien posteriormente sufrió una insuficiencia renal. Aunque
lo más trágico, sin lugar a dudas, fue la matanza “Helter Skelter” perpetrada
en la residencia de Polanski, en la que Charles Manson y su “familia” torturaron
y asesinaron a seis personas incluyendo a la mujer del cineasta, la actriz
Sharon Tate, que se encontraba embarazada.
Cabe aclarar que no todos los filmes malditos
han sido necesariamente del género de horror. En ocasiones todo lo contrario,
como sucedió con La Pasión de Cristo (2004) de Mel Gibson: un drama épico/Bíblico que
narra las últimas doce horas en la vida de Jesucristo. Aparentemente el propio
Dios fue el principal crítico del casting de esta cinta, pues no tardó en
manifestarse.
El actor Jim Caviezel fue golpeado por un
rayo durante el sermón del Monte Sinaí. Más adelante se dislocó un hombro,
sufrió hipotermia, neumonía, infecciones de piel y resultó herido en las
escenas de latigazos. Logró sobrevivir ante las adversidades, pero su carrera
en el cine murió… y no resucitó al tercer día.
Aproximándonos a la recta final, se encuentra
La Profecía (The Omen, 1976) de
Richard Donner, una de las películas rodeadas de mayor infortunio. La cual
curiosamente trata de un embajador americano que cae en la cuenta de que su
hijo es el Anticristo. Razón suficiente para desatar toda clase de calamidades.
Un avión en el que viajaba el guionista David
Seltzer fue golpeado por un rayo… ¿coincidencia?. Posteriormente le sucedió lo
mismo al protagonista Gregory Peck y también al productor ejecutivo Mace
Neufelds. De igual forma el hotel donde que se hospedaba este último fue
bombardeado por el Ejército Republicano Irlandés (IRA), así como un restaurante
que había agendado el equipo de producción para comer. En aquella ocasión todos
resultaron ilesos.
Quien no corrió con la misma suerte fue la
asistente de efectos especiales Liz Moore. Un viernes 13 de agosto de 1976
sufrió un accidente automovilístico en Holanda al lado de su jefe de
departamento John Richardson. El impacto provocó que Moore saliera disparada
por el parabrisas falleciendo instantáneamente. Cuando Richardson logró salir
del vehículo destrozado miró hacia un lado y observó una señal de camino en la
que se leía “Ommen, 66,6 Km”.
Por si fuera poco, uno de los entrenadores de
tigres para la cinta también murió. El hijo de Gregory Peck se suicidó y un
avión comercial que se pretendía utilizar en el rodaje se estrelló con un saldo
de cero sobrevivientes.
Finalmente la campeona de las películas malditas
es el clásico de horror El Exorcista (1973)
de William Friedkin. Ganadora de dos Premios de la Academia y considerada hasta
la fecha como la cinta más escalofriante de la historia del cine. Sin embargo,
parte del temor que provocó fue gracias a los extraños eventos que se dieron
lugar durante su filmación.
Durante el primer día de llamado, le llegó la
noticia al actor sueco Max Von Sydow, quien interpreta al Padre Merrin, que su
hermano había muerto. A lo largo de la producción irían falleciendo nueve
personas del equipo, entre estas dos actores: Jack MacGowran y Vasiliki
Maliaros. La actriz Linda Blair se fracturó la columna vertebral durante una
escena del dormitorio, además de haber predicho la muerte de un miembro del
crew con una línea de diálogo espontánea. Incluso los sets que se construyeron
para simular la casa de la familia MacNeil, fueron consumidos en llamas de
manera inexplicable, excepto la habitación de Regan, la niña que sufre la
posesión.
A partir de su estreno, se han realizado
múltiples especiales televisivos que han intentado descifrar y analizar la
maldición de El Exorcista, sin llegar
a ninguna conclusión clara, excepto: “ten mucho cuidado con la película que
filmas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario